miércoles, 11 de marzo de 2009

Encontré entre mis cosas...

un amarillento bloc de notas... circa 1990. Va un mix de textos de allí: Alan Watts, D.T. Suzuki, Thomas Merton, Theodore Roszak.

"La realidad no es materia ni espíritu. Es un perceptum, no un conceptum, y todo el mundo sabe lo que es, en el sentido de que uno sabe cómo respirar sin que para ello sea preciso el menor conocimiento de fisiología.

Para mucha gente, la búsqueda de la condición de persona se inicia con una segunda infancia; se esfuerzan a través de un extraño renacimiento, a menudo sin más ayuda que una necesidad desesperada y unos medios artificiales. Por eso deben aprender a sentir, a relacionarse, a respirar, a moverse, a soñarlo todo de nuevo. Avanzan a tientas, como debe hacerlo el recién nacido.

Se cuenta que a Okuro Shibun, famoso por pintar el bambú, se le pidió que ejecutase una pintura que representara un bosque de bambú. Dio su consentimiento y pintó con todo su reconocido arte un cuadro en el que el bosquecillo íntegro de bambú era rojo... (el bambú tiene hojas negras).
El artista respondió a los escandalizados espectadores: - ¿quién vio jamás un bambú de hojas negras?
Cuando se está tan acostumbrado a cierta modalidad de considerar las cosas, resulta tan complicado dar un giro y empezar sobre una nueva línea de procedimiento! El verdadero color del bambú quizás no es rojo, negro ni verde, ni ningún otro color que conozcamos. Tal vez es rojo, al igual que tal vez es negro. ¿Quién lo sabe? Las paradojas imaginadas pueden ser que, después de todo, no sean paradojas.

El problema reside, naturalmente, en que siendo los hombres simples formaciones orgánicas en acción, y no agentes, y actuando mundo e individuo en consonancia mutua, de tal modo que la acción no resulta originada por ninguno de ellos...

El sufrimiento es un síntoma de desorden, y si podemos entender su mensaje, podemos aprender a unificarnos y reconciliarnos otra vez con nosotros mismos y con Dios. El problema del sufrimiento reside en nuestra equivocada determinación de LIBERARNOS de todo sufrimiento, mientras que mantenemos resueltamente la división y protegemos a la cismática identidad-ego, que es el foco del sufrimiento.

Se confiaba lo suiciente en la naturaleza humana como para dejarla librada a su propio aire, pues se la consideraba recogida en el Tao, y el Tao, a su vez, era percibido como un orden natural perfectamente coherente, manifestado en la polaridad del yang y el yin. Dada esta relación polar, para cualquiera de ellos era imposible existir sin el otro... Si, por otro lado, los hombres no confiaran en su propia naturaleza, o en el universo del cual aquella es parte... ¿cómo podrían fiarse de su desconfianza? A un nivel más profundo: ¿qué es esto de confiar o no confiar, aceptarse a uno mismo o rechazarse, cuando nos es imposible ubicarnos fuera de nosotros mismos, como separando al pensador de sus pensamientos? ¿Podrá el pensador corregir sus pensamientos erróneos? ¿Y si el pensador necesita corregir al pensador? ¿No es más simple suponer que los pensamientos se corregirán por sí mismos?"

Fin del mix. Y ahora, compartan conmigo la irresistible música de la banda de sonido de Slumdog Millonaire... a bailar sobre la mesa!