"En 1979 yo cursaba el 4to año en la UTN, estaba oficialmente de novio,
 ya habían transcurrido dos años de leer el Expreso, mis discos ocupaban
 un estante completo bajo la bandeja giradiscos, me había comprado una 
guitarra Fratti Telecaster donde dejaba volar mi balbuceante creatividad
 musical.
 Y otra vez el colectivo como un lugar de iluminación, de 
encuentro. Estoy parado, leyendo el Expreso Imaginario que acabo de 
comprar, tiene una tapa muy verde, con unas cabras pastando y un solo titular: ¿te acordás de la naturaleza? 
 Ese Expreso publica un extenso reportaje a Gary Snyder (6 páginas que 
continuarán en el número siguiente). ¿Quién era este tipo? Snyder había 
sido compañero de aventuras de los Beatniks. Antropólogo, ecologista, 
practicó varios años zen en Japón, ganador del premio Pulitzer de 
poesía.
 Snyder inspiró al personaje central (Japhy Ryder) en la 
novela “Los vagabundos del Dharma” de Kerouac. En una temporada en los 
bosques, donde él vivía, les enseñó a esos beats ferozmente urbanos 
(Kerouac, Ginsberg, Ferlinghetti, Corso y varios más) a percibir la 
naturaleza, a ampliar sus conciencias, a estar atentos al hecho de… 
vivir.
 Snyder estaba envuelto desde los 60 en proyectos 
comunitarios, en la vuelta a la tierra. Decía cosas como “mis amigos y 
yo vamos a estar en este lugar por los próximos 2 o 3 mil años…”, 
“necesitamos pensar en escalas mayores de tiempo…”, “la naturaleza es mi
 maestra, mi ejercicio la vida”, “ si lo que los hindúes, los 
cristianos, los shoshone, los budistas y los hopis sugieren es cierto, 
entonces toda la civilización tecnológica-industrial-de consumo está 
equivocada”…¿qué más? Mucho más…el Expreso del que estoy leyendo esto 
está profusamente subrayado por mí con lápiz.
 Snyder en lugar de huír hacia delante, avanzó hacia adentro. 
 Y acá aparece un tipo que pasó por la generación beat, la contracultura, y llegó a alguna forma de vida plena.
 En “Ocho Brazos…” Kureishi también dice: “…no teníamos modelos para 
imitar…”. Nosotros tampoco. Y Snyder para mí representó el ideal del 
tipo lúcido, comprometido, serio, medido, iluminado, que pisaba terreno 
firme: perfecto! He aquí un modelo a seguir, hasta en la campera!" (de 
mi trabajo final para la materia "Rock y Pensamiento" Facultad Libre de 
Rosario, 2007)

 
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